miércoles, 10 de marzo de 2010

AQUI ME PONGO A CANTAR


Cuando las Musas, las tres primordiales hijas de Urano y Gea y aquellas nueve más famosas, producto de la unión de Zeus con Mnemosine, la Memoria, ejercían plenamente el patronato de las artes y las ciencias, la diferenciación entre el canto, la música y la poesía no era tal. Es así, que Euterpe favorecía a los músicos y a los cultores de la poesía lírica por igual.

¿Quién somos nosotros para poner en tela de juicio este maridaje cuya fidelidad ha atravesado los siglos? Aedos, trovadores, bardos, cantautores se han encargado de ponerle ritmo a las palabras y viceversa.

El tema de hoy es pues ese territorio común que comparten las corcheas y las rimas. A los antiguos les hubiera resultado por lo menos curioso que dedicáramos nuestro tiempo a rescatar la unión de dos expresiones artísticas que para ellos iban de la mano. Los poemas épicos clásicos se cantaban o se acompañaban con música. El mester de juglaría, que según Menéndez Pidal data de 1116, era el oficio de estos poetas cantores de la Edad Media, que actuaban para regocijo de los nobles y de la plebe. El origen de lo que hoy denominamos cantautores lo encontramos en la figura del goliardo, estudiante o clérigo irregular que recorría los pueblos, recitando textos galantes o satíricos, al son de flautas, salterios, vihuelas y tambores.

La poesía galaico-portuguesa medieval engendró las cantigas, un género popular que incluía muchas veces el baile y que requería de voces femeninas, al igual que la jarcha andalusí, poemas derivados de otros textos cultos de la literatura árabe, compuestos para cantar en las fiestas populares.

Durante la Baja Edad Media surgió en Francia la chanson, una pieza polifónica que se presentaba en forma de balada, rondó o virelay, compuesta en un principio para tres voces, aunque las hay para dos y para cuatro. Eran composiciones ligeras, rápidas, con metro binario y tema preponderantemente amoroso. Algunas son forman parte del cancionero popular universal como Frère Jacques (Martinillo o Campanero en español) y Mambrú se fue a la guerra.

El Renacimiento tuvo como principal representante el madrigal, composición para tres a seis voces sobre un texto secular e interpretado a menudo en idioma italiano. Su influencia se extendió por toda Europa, siendo muy apreciados en Inglaterra, donde surgió una escuela propia, con autores como William Byrd y Thomas Morley.

Con el Barroco, la ópera toma la forma con la que hoy la conocemos. Aparece la "ópera seria", en contrapartida de la "ópera bufa" o cómica, con la incorporación de poetas en la la elaboración de los textos, como Metastasio. Esta tendencia continuará con los autores clásicos y románticos que harán de la ópera un género sincrético, que conjuga música, poesía, teatro y hasta danza.

El Romanticismo alemán dio lugar al lied, composición creada para cantante y piano, que recurría al folclore germánico como fuente de inspiración y a cuentos populares como los recopilados por los hermanos Grimm. Franz Schubert fue el gran maestro de las lieder, tomando textos de Goethe y Schiller y sobre todo de Wilhelm Müller, autor de La bella molinera.

La música confraternizará de nuevo con la poesía a través del teatro del siglo XX. De la dupla formada por Bertolt Brecht y Kurt Weill surgirá La ópera de los tres centavos y la tradición del musical cultivada por creadores como Andrew Lloyd Webber y Tim Rice. Pero este es el siglo de la canción, esa pieza corta capaz de ser grabada y reproducida una y otra vez.

La canción contemporánea ha permitido conocer la obra de poetas: Machado, Neruda, Hernández, Benedetti. A la vez, algunos poetas se han animado a cantar sus composiciones o se las han dado a otros para que las canten, como el caso de Jacques Brel o Bob Dylan.

Aclaremos la gola, practiquemos la escala que se viene la serenata.

Martín Codax


Fue un juglar gallego, posiblemente oriundo de Vigo, que vivió entre mediados del siglo XIII y principios del siglo XIV. Se han conservado solamente siete cantigas del amigo. Esta que transcribimos corresponde al tipo de las mariñas, en las que la chica habla con el mar acerca de su amado.

Olas de mar de Vigo

Ondas do mar de Vigo
Ondas do mar de Vigo,
se vistes meu amigo?
E ai Deus!, se verra cedo?

Ondas do mar levado,
se vistes meu amado?
E ai Deus!, se verra cedo?

Se vistes meu amigo,
o por que eu sospiro?
E ai Deus!, se verra cedo?

Se vistes meu amado,
por que ei gran coidado?
E ai Deus!, se verra cedo?

Olas del mar de Vigo
Olas del mar de Vigo,
¿Visteis a mi amigo?
¡Ay Dios! ¿vendrá pronto?

Olas del mar agitado,
¿Visteis a mi amado?
¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?

¿Visteis a mi amigo,
aquél por quien yo suspiro?
¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?

¿Visteis a mi amado,
quien me tiene tan preocupada?
¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?

François Villon


El más grande poeta francés del siglo XV, conocido por su célebre Testamento, escribió cantos al amor cortesano, pero dándoles su singular punto de vista. También cantó a los condenados y a la tristeza y la melancolía. Esta balada que compartimos fue musicalizada en el siglo XX por Georges Brassens.

Ballade des dames du temps jadis
(Balada de las damas de antaño)

Decidme, dónde, en qué país
está Flora, la bella romana;
Archipiada y Thaís
quien fue su prima hermana;
Eco, que hablas cuando el ruido mana
sobre el río o en el estanque,
¿quién tuvo belleza más en demasía que humana?
¡Mas dónde están las nieves de antaño!

¿Dónde está la muy sabia Eloísa,
por quien fue castrado y después monje,
Pedro Abelardo en Saint-Denis?
Por su amor tuvo esta desgracia.
Igualmente, ¿dónde está la reina
que mandó que Buridán
fuese tirado en un saco al Sena?
¡Mas dónde están las nieves de antaño!

La reina Blanca como el lirio,
que cantaba con voz de sirena;
Berta, la del pie grande, Beatriz, Alix;
Aremburga quien tuvo el Maine,
y Juana, la buena lorena
a quien los ingleses quemaron en Ruán;
¿dónde están, Virgen soberana?
¡Mas dónde están las nieves de antaño!

Príncipe, no averiguaréis en una semana
dónde están, ni en todo el año,
que a este estribillo no os lleve:
Mas dónde están las nieves de antaño!

Jacques Prévert


Este poeta, autor teatral y guionista de cine, reconocido por su antología Palabras, nació con el siglo y murió en 1977. Su poema Les feuilles mortes fue musicalizado por Joseph Kosma y ha sido interpretado en francés por Edith Piaf e Yves Montand, habiendo versiones de Frank Sinatra, Plácido Domingo, Nat King Cole, Ute Lemper. Es un clásico del repertorio del jazz con el nombre Autumn leaves, con interpretaciones a cargo de Miles Davis, Chet Baker y Duke Ellington.

Las hojas muertas

Esta canción se nos parece,
me amaste tú y yo te amé,
la vida así, la compartimos
me amaste tú y yo te amé

Mas la vida al fin nos separa
sin más rumor con suavidad,
y la mar borrará de la arena
los pasos que dió nuestro amor

Mais la vie sépare ceux qui s'aiment
(la vida al fin...)
Tout doucement, sans faire de bruit
(nos separará...)
Et la mer efface sur le sable
(yo también te amé...)
Les pas des amants dosunis
(con suavidad)

Mas la vida al fin nos separá
sin más rumor con suavidad,
y la mar borrará de la arena
los pasos que dió nuestro amor.

Homero Manzi


Homero Manzione nació en la santiagueña Añatuya en 1907, fue poeta, periodista, cineasta y político. Es uno de los grandes letristas del tango, como su tocayo, Homero Expósito, Enrique Cadícamo, Cátulo Castillo, Pascual Contursi. Murió en 1951.
Elegimos este tango porque si, de tantos otros clásicos como Malena, Sur, Barrio de tango, Bettinoti, Discepolín, Después, El último organito, Romance de barrio, Fruta amarga, Fuimos, Ninguna, sus milongas y candombes. La música es de otro grande: Aníbal Troilo.

Che, bandoneón

El duende de tu son, che bandoneón,
se apiada del dolor de los demás,
y al estrujar tu fueye dormilón
se arrima al corazón que sufre más.
Estercita y Mimí como Ninón,
dejando sus destinos de percal
vistieron al final mortajas de rayón,
al eco funeral de tu canción.

Bandoneón,
hoy es noche de fandango
y puedo confesarte la verdad,
copa a copa, pena a pena, tango a tango,
embalado en la locura
del alcohol y la amargura.
Bandoneón,
para qué nombrarla tanto,
no ves que está de olvido el corazón
y ella vuelve noche a noche como un canto
en las gotas de tu llanto,
¡che bandoneón!

Tu canto es el amor que no se dio
y el cielo que soñamos una vez,
y el fraternal amigo que se hundió
cinchando en la tormenta de un querer.
Y esas ganas tremendas de llorar
que a veces nos inundan sin razón,
y el trago de licor que obliga a recordar
si el alma está en "orsai", che bandoneón.

Vinicius de Moraes


Poeta meu poeta camarada, le cantaría Chico Buarque, otro escritor devenido en músico popular o todo lo contrario. Con Tom Jobim es el padre de la bossa nova, responsables de que el mundo descubriera la música del Brasil. Había nacido en Río de Janeiro en 1913, donde murió en 1980. Autor de Garota de Ipanema, Chega de saudade, Tarde en Itapoa, de poemas célebres como el Soneto de fidelidad, elegimos una de sus canciones y la transcribimos en idioma original, dado por sentado que por vecindad es de fácil comprensión para los hispanoparlantes.

A felicidade

Tristeza não tem fim
Felicidade sim

A felicidade é como a pluma
Que o vento vai levando pelo ar
Voa tão leve
Mas tem a vida breve
Precisa que haja vento sem parar

A felicidade do pobre parece
A grande ilusão do carnaval
A gente trabalha o ano inteiro
Por um momento de sonho
Pra fazer a fantasia
De rei ou de pirata ou jardineira
Pra tudo se acabar na quarta-feira

Tristeza não tem fim
Felicidade sim

A felicidade é como a gota
De orvalho numa pétala de flor
Brilha tranqüila
Depois de leve oscila
E cai como uma lágrima de amor

A felicidade é uma coisa boa
E tão delicada também
Tem flores e amores
De todas as cores
Tem ninhos de passarinhos
Tudo de bom ela tem
E é por ela ser assim tão delicada
Que eu trato dela sempre muito bem

Tristeza não tem fim
Felicidade sim

A minha felicidade está sonhando
Nos olhos da minha namorada
É como esta noite, passando, passando
Em busca da madrugada
Falem baixo, por favor
Pra que ela acorde alegre com o dia
Oferecendo beijos de amor

Leonard Cohen


Este canadiense que un día tomó su guitarra y se puso a cantar sus poemas en el Greenwich Village de los años 60, nació en el seno de una familia judía de clase media de Montreal en 1934. De bajo perfil, fue ordenado monje zen en 1994, volviendo a los escenarios recién en 2008. Su carrera como escritor siempre corrió paralela a su labor como cantante. Publicó una novela muy recomendable en 1966 Los hermosos vencidos y varios libros de poesía.
Traducimos esta canción apocalíptica del album homónimo publicado en 1992.

The future

Devuélveme mi noche rota,
mi habitación de espejos, mi vida secreta;
esto es muy solitario,no queda nadie a quien torturar.
Dame control absoluto
sobre todos los seres vivos,
y acuéstate a mi lado, nena,
¡es una orden!

Dame crack y sexo anal,
toma el único árbol que queda
mételo en el agujero de tu cultura.
Devuélveme el Muro de Berlín,
dame Stalin y San Pablo.
He visto el futuro, hermano:
es un crimen.

Las cosas van a deslizarse en todas direcciones,
no habrá nada,
nada que puedas volver a medir.
La ventisca del mundo
ha cruzado el umbral
y ha volcado
la orden del alma.
Cuando dijeron: “Arrepiéntete”,
me pregunto a qué se referían.

No tienes la más remota idea de mí,
nunca la tendrás,
nunca la tuviste.
Soy el pequeño judío
que escribió la Biblia.
He visto las naciones levantarse y caer,
he oído sus historias, las he oído todas,
pero el amor es el único motor de supervivencia.

Aquí tu siervo ha sido ordenado,
decirlo claro, decirlo fríamente:
Se ha acabado,
fin de trayecto.
Y ahora que las ruedas del cielo se han detenido,
sientes la fusta del diablo.
Prepárate para el futuro:
es un crimen.

El antiguo código occidental
saltará en pedazos.
De pronto, estallará tu vida privada.
Habrás fantasmas,
habrá fuegos en la carretera,
y el hombre blanco bailando.
Verás a tu mujer colgada boca abajo,
su vestido cubriéndole el rostro,
y todos los miserables poetuchos
aparecerán,
intentando sonar a Charlie Manson.

Devuélveme el Muro de Berlín,
dame Stalin y San Pablo,
Dame Cristo
o dame Hiroshima.
Destruye otro feto ahora mismo;
no nos gustan los niños.
He visto el futuro, nena:
es un crimen.

Las cosas van a deslizarse en todas direcciones,
no habrá nada,
nada que puedas volver a medir.
La ventisca del mundo
ha cruzado el umbral
y ha volcadola orden del alma.
Cuando dijeron: “Arrepiéntete”,
me pregunto a qué se referían.

Silvio Rodríguez


Abanderado de la nueva trova cubana, estandarte de la revolución castrista, resulta difícil encontrar una canción que no pueda integrar dignamente cualquier antología de la poesía latinoamericana contemporánea. Así de difícil nos resulta elegir una canción para ilustrar este comentario.
Silvio Rodríguez Domínguez nació en San Antonio de los Baños en 1946. Sus letras están recopiladas en un volumen titulado Te doy una canción.

El necio

Para no hacer de mi ícono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares.
Me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.

yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
allá dios, que será divino.
yo me muero como viví,
yo me muero como viví.

yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un "hijo nuestro".
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).
yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
allá dios, que será divino.
yo me muero como viví,
yo me muero como viví.

yo me muero como viví,
como viví
yo me muero como viví.
Dicen que me arrastrarán po sobre rocas
cuando la revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.

yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
allá dios, que será divino.
yo me muero como viví.

yo me muero como viví.