Desde Safo de Mitilene, allá por el año 600 a.C., hasta la actualidad ha habido una literatura escrita por mujeres. Con mayor o menor difusión, alumbrada en ambientes hostiles o propicios, nacida de intelectuales respetadas o de amas de casa olvidadas, las mujeres hemos estado contando historias desde que el mundo es mundo y en todos los idiomas conocidos.
Un mundo en el que durante siglos los varones han tenido mejores recursos para acceder a la cultura, claro está. Pero aún así dejaron la huella de su palabra. Y en nombre de todas ellas mencionamos a algunas pioneras como Vittoria Colonna, poetisa e intelectual del Renacimiento, admirada por Miguel Angel, o la reina Margot, que también para esa época contaba los enredos amorosos de la corte francesa en su Heptamerón. Su ejemplo lo siguieron otras damas de la nobleza, como Madame de La Fayette, Ninón de Lenclos, Madame de Maintenon o la Marquesa de Sevigné.
Rescatamos a Sor Juana Inés de la Cruz, el fénix de América, poetisa y dramaturga. A Madame de Staël, figura importantísima en los salones parisinos del siglo XVIII, amiga de Rousseau. A Jane Austen, novelista de mirada aguda sobre la vieja Inglaterra, creadora de complejos personajes femeninos.
A Mary Shelley, esa jovencita libertaria que inventara, sin saberlo, la novela de anticipación científica, con Frankenstein o el moderno Prometeo. A las hermanas Brontë, ese extraño caso de novelistas en serie dentro de la misma familia. A Harriet Beecher-Stowe por su valiente alegato antiesclavista, La cabaña del Tío Tom.
A las poetisas Anna Akhmatova, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Emily Dickinson, Elizabeth Barrett-Browning, Rosalía de Castro, Anaïs Nin, Sylvia Plath, Delmira Agustini.
A las novelistas Willa Cather, Colette, Emilia Pardo Bazán, Katherine Mansfield, Ana María Matute.
A las polémicas y filosóficas Lou-Andreas Salomé, Simone de Beauvoir, Simone Weil, Hannah Arendt, Gertrude Stein.
A las Nobeles, Selma Lagerlöf, Grazia Deledda, Sigrid Undset, Pearl S. Buck, Gabriela Mistral, Nelly Sachs, Nadine Gordimer, Toni Morrison, Wislawa Szymborska, Elfriede Jelinek y Doris Lessing.
A las nuestras, Juana Manuela Gorriti, Griselda Gámbaro, Angélica Gorodischer, Norah Lange, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni.
La lista es incompleta y arbitraria. Para refutar la creencia de que hubo y hay pocas mujeres escritoras los invitamos a consultar el siguiente enlace: http://digital.library.upenn.edu/women/
Seguidamente, invitamos a unas damas un tanto alborotadoras que insisten en desmentir que exista una literatura de género. Está de más decir que en Tlön tampoco lo avalamos. Pero no hagamos esperar a las señoras… vayamos a su encuentro.
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