martes, 29 de marzo de 2011

Un tranvía llamado deseo (1947)


Tal vez su título más reconocido, es un clásico del teatro norteamericano y contemporáneo y la cumbre del talento de este autor. ¿Cómo olvidar a esa voluble y soberbia Blanche DuBois, esa cabecita loca que despierta compasión, a pesar de sus delirios de grandeza y de su hipocresía? Porque Blanche comparte ese sitial de las heroínas no necesariamente perfectas ni simpáticas, como Medea, como Emma Bovary. Tiene varios muertos en el armario y muchas excusas para justificarlos. Es alcohólica, promiscua, altanera y mentirosa. Finge una superioridad que no es tal y añora un pasado de lujos que ya no tiene. Y desde ese pedestal de barro cuestiona al marido de su hermana Stella, Stanley Kowalski, un obrero polaco, rústico, bebedor y jugador de cartas, pero a la vez salvajemente sexy. Pero Stella se ha adaptado a su nueva realidad, que tampoco es un jardín de rosas. Stanley la domina y ella lo permite, movida por esa atracción animal que siente por él.

La llegada de Blanche altera la de por sí alterada relación matrimonial. Blanche se enreda con un amigo de Stanley, Mitch, un tipo simple y sentimental que pretende casarse con ella, a quien ve frágil y desprotegida. Sin embargo, Stanley descubre la verdad sobre el turbulento pasado de su cuñada y la enfrenta y ese enfrentamiento, cruel y violento, pone al descubierto la prohibida tensión sexual que existe entre ambos. Esta conmoción perturba aún más la mente confundida de Blanche, que termina internada en un manicomio.

Los personajes son shakespereanos, en el sentido de que son personificaciones de conceptos y paradigmas sociales. Así, Stella es la sociedad burguesa que conoce sus debilidades, las rechaza, pero sin intentar cambiar nada, porque prefiere la seguridad de lo conocido. Juega bien su rol de mujer y de esposa decente, ya que hasta su lascivia está santificada por el matrimonio. Stanley representa la fuerza bruta del proletariado, ese monstruo soterrado y peligroso. Sin embargo, todo en él es real y sin ambages, no especula como Stella ni pretende como Blanche. Mitch refleja los valores de un caballero dispuesto a combatir por su dama. Es el más noble de los personajes. Blanche es la aristocracia corrompida, que no sabe adaptarse a los nuevos tiempos y queda atrapada en una ilusión del pasado. Es también un ángel caído, una pecadora que finalmente es castigada severamente por sus faltas.

La película es una joya de Elia Kazan, con un elenco insuperable: Marlon Brando como Kowalski, Vivien Leigh como Blanche, Karl Malden como Mitch y Kim Hunter como Stella. (http://www.peliculasyonkis.com/pelicula/un-tranvia-llamado-deseo-1951-dvdrip/)

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