martes, 6 de mayo de 2008

LA REIVINDICACION DE LA EÑE

¡Por las barbas de Cervantes!

Se la ve tan desvalida, tan poca cosa. Esta ene con pretensiones, estandarte de la lengua española, es, sin embargo, utilizada a diario por más de 500 millones de personas alrededor de todo el mundo, sin contar con gallegos y filipinos, con quienes compartimos esta singular y simpática letrita.

La eñe ha formado parte de nuestro idioma desde el siglo XV y no fue sino hasta la última década del siglo XX cuando estalló la polémica. Todo empezó por una resolución de la Unión Europea que dispuso la eliminación de la eñe de los teclados, en contra de una reglamentación que impedía hasta entonces comercializar en España productos informáticos que no tuvieran en cuenta todas las características del sistema gráfico español.

Y se armó la de San Quintín. La batalla por la eñe movilizó a los intelectuales hispanoparlantes. “Es escandaloso que la Comunidad Europea se haya atrevido a proponer a España la eliminación de la eñe sólo por razones de comodidad comercial", se exasperó oportunamente Gabriel García Márquez y agregó que “los autores de semejante abuso y de tamaña arrogancia deberían saber que la eñe no es una antigualla arqueológica, sino todo lo contrario: un salto cultural de una lengua romance que dejó atrás a las otras al expresar con una sola letra un sonido que en otras lenguas sigue expresándose con dos”.

María Elena Walsh, por su parte, desde el diario La Nación, clamaba “No nos dejemos arrebatar la eñe! Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta el apócope”.

Uno no se imagina a los alemanes reclamando por la “eszet” (que reemplazan usando la doble s) o los franceses y portugueses, aún siendo latinos, defendiendo la “ç”, con el fervor que despertó nuestra bienamada eñe.

La campaña, finalmente, rindió sus frutos. En España, de 2 de octubre de 2007, la ñ junto con las tildes o las diéresis pueden formar parte del nombre de un dominio .es. , por iniciativa Red.es, entidad del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que tiene asignada en España la autoridad de registro de dominios de Internet.

De este lado del océano, también hubo novedades. En Argentina, a partir de septiembre de 2008, por la resolución 616/08 firmada a fin del mes de abril por el canciller Jorge Taiana, se podrán registrar sitios que lleven en el dominio la letra ñ y otras características propias del idioma español.

Es natural que en Tlön festejemos alborozados esta noticia que nos permitirá incluir la diéresis en nuestro dominio. Además, es sabido que nuestros habitantes reivindican toda suerte de causas absurdas e inútiles, que son la esencia del arte, es decir, de la vida.

1 comentario:

  1. Qué seríamos sin nuestra Ñ? Pues nada, qué c*Ñe ;)

    (Valga el vulgarismo, jaja)

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