miércoles, 21 de mayo de 2008

POESÍA ¿ERES TÚ?

Sensible, misteriosa y leve… como una mujer hermosa

¿Quién no se ha cobijado en ella en un instante de amor o desamor? ¿Quién no ha tomado prestadas sus palabras para hacerlas suyas cuando el sentimiento desborda? En su origen griego se traduce como “creación” y nada más acertado para definir este género literario que recurre a las capacidades estéticas del lenguaje, tensando hasta el límite mismo significantes y significados.

La poesía se vale de varios artilugios: sonido, ritmo e imágenes. Desde sus primeras apariciones, a caballo del drama, la épica y la lírica, cuando se utilizaban los versos medidos, hasta la libertad contemporánea, en la que la única medida es el talento del poeta, ha estado presente en todas las civilizaciones.

Hay poesía en jeroglíficos egipcios de unos 25 siglos AC. También en la epopeya sumeria de Gilgamesh, en la Ilíada y la Odisea, en los Vedas hindúes, en los Kenningar germánicos, en los textos del azteca Nezahualcoátl, en los haiku japoneses, en los poemas de la dinastía china Tang, en los versos de Omar El Khayyam, en el bíblico Cantar de los Cantares. El hombre ha poetizado desde el principio de los tiempos.

Ha participado –y aún anticipado- de las diversas corrientes culturales a lo largo de la historia, como expresión artística irreemplazable. Con la autoridad que le otorga su extenso pasado, con la necesidad de instalarse en la vanguardia creativa, ha roto moldes, reinventándose a sí misma. Quizás comparte con el humor esta facilidad para quebrar las estructuras del lenguaje.

Para Leonardo da Vinci “la pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega”. Según Rabindranath Tagore “es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”. Y es también “un recuerdo de los mejores y más felices momentos de los mejores y más felices ingenios”, al decir de Percy Shelley.

“El hombre sordo a la voz de la poesía es un bárbaro”, sentenció Goethe. La poesía comparte con la música la capacidad de ser disfrutada por oídos profanos, de tal manera, que, aún quien no conozca las reglas de composición, la tome y la aprehenda y haga su propia versión.

Todo gran escritor es un poeta, aunque emplee el formato de la prosa. “¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo!” es una invocación que apela a los recursos de la poesía. (Facundo o Civilización y barbarie, Domingo Faustino Sarmiento, 1845)

Asimismo, un poeta puede ser un gran narrador, retomando la tradición homérica:

Altazor morirás. Se secará tu voz y serás
(invisible
La Tierra seguirá girando sobre su órbita precisa
Temerosa de un traspié como el equilibrista sobre
(el alambre que ata las miradas del pavor.

(Altazor o el viaje en paracaídas, Vicente Huidobro, 1931)

En Tlön no nos cabe duda que los dadaístas harían travesuras en los blogs, de la misma manera que descreemos de que el hombre pueda prescindir de la poesía. Por los bares, en medio del monte, para el silencio o frente a un auditorio, la magia cadenciosa de la palabra nos subyugará por siempre.

Rima IV, Gustavo Adolfo Bécquer

No digáis que agotado su tesoro,
De asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas; pero siempre
Habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
Palpiten encendidas;
Mientras el sol las desgarradas nubes
De fuego y oro vista;

Mientras el aire en su regazo lleve
Perfumes y armonías,
Mientras haya en el mundo primavera,
¡Habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
Las fuentes de la vida,
Y en el mar o en el cielo haya un abismo
Que al cálculo resista;

Mientras la humanidad siempre avanzando
No sepa a dó camina;
Mientras haya un misterio para el hombre,
¡Habrá poesía!

Mientras sintamos que se alegra el alma
Sin que los labios rían;
Mientras se llora sin que el llanto acuda
A nublar la pupila;

Mientras el corazón y la cabeza
Batallando prosigan;
Mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
Los ojos que los miran;
Mientras responda el labio suspirando
Al labio que suspira;

Mientras sentirse puedan en un beso
Dos almas confundidas;
Mientras exista una mujer hermosa,
¡Habrá poesía!

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