jueves, 29 de enero de 2009

EL GRAN PARACAIDISTA AMERICANO

Este es aquel que durmió muchas veces
Allí donde hay que estar alerta
Donde las rocas prohíben las palabras
Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar
Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves
He aquí las llaves…


Había nacido en cuna de oro, no sólo por fortuna sino por educación. Y supo aprovechar ese nacimiento para encaramarse entre los cuatro poetas fundamentales de Chile, junto con Neruda, De Rokha y Mistral y convirtiéndose en una de las voces más originales de la poesía hispanoamericana del siglo XX.

Vicente Huidobro alumbró en Santiago el 10 de enero de 1893 y luego de formarse entre Europa y su país natal, salió al mundo a propagar su credo estético, el creacionismo, que declama que la obra literaria es completamente autónoma. El poeta debe dejar ya de cantar a la naturaleza: lo que tiene que hacer es imitar a la naturaleza, eliminar todo lo descriptivo o anecdótico. Hay que "hacer un poema como la naturaleza hace un árbol".

Amigo de Guillaume Apollinaire, Tristan Tzara, Jean Cocteau, André Breton, Lous Aragon, Max Jacob, colabora con ellos en la revista Nord-Sud. Amigo también de otros vanguardistas: Pablo Picasso, Juan Gris, Joan Miró, Max Ernst, Francis Picabia, Paul Eluard y Blaise Cendrars, se relaciona con ellos en París. Asiduo concurrente del famoso Café Pombo en Madrid, donde charlará largo y tendido con el matrimonio de artistas franceses exiliados, Robert y Sonia Delauney, así como con Ramón Gómez de la Serna.

En 1919 arrastra consigo un borrador “Voyage en parachute”, primer boceto de lo que luego se convertiría en “Altazor”, su obra más acabada. De nuevo en Paris, escribe con Le Corbusier y Amedeé Ozenfant en la revista L’Esprit Nouveau, mientras colabora con los ultraístas españoles.

En 1921 aparece en Madrid Creación-Revista Internacional de Arte, fundada y dirigida por Huidobro y cuyo segundo número se publicará en Paris. Brinda conferencias por toda Europa, mantiene contacto con músicos innovadores como Erik Satie, ingresa a la Logia Masónica, traba relación con Miguel de Unamuno y regresa a Chile para participar en política, fundando el diario “La Reforma”.

Parte de nuevo, con rumbo a Nueva York. Allí conoce a Charles Chaplin, Douglas Fairbanks y Gloria Swanson. Nuevamente pone derrotero a Europa, siempre con el Altazor a cuestas, mientras sigue escribiendo otros textos. En 1931 vuelve a Madrid, donde asiste al recital de “Poeta en Nueva York” de Federico García Lorca, se pelea por carta con Luis Buñuel, colabora con Hans Arp y finalmente publica Altazor o Viaje en paracaídas.

Regresa a Chile, milita en el Partido Comunista, propone la creación de una república conformada por Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay, polemiza con Pablo Neruda. En 1936 firma el Manifiesto Dimensionista, junto con Pablo Picasso, Hans Arp, Vassily Kandinsky, Robert y Sonia Delaunay. Apoya a la República española en la Guerra Civil.

En 1945 viaja a Paris como corresponsal para La Voz de América. Entra con las tropas aliadas en Berlin. Muere en Cartagena (Chile) en 1948. Dice su epitafio: “Aquí yace el poeta Vicente Huidobro / Abrid la tumba / Al fondo de esta tumba se ve el mar.”

Enorme, desmedido, incansable Huidobro…

18.

Heme aquí al borde del espacio y lejos de las circunstancias
Me voy tiernamente como una luz
Hacia el camino de las apariencias
Volveré a sentarme en las rodillas de mi padre
Una hermosa primavera refrescada por el abanico de las alas
Cuando los peces deshacen la cortina del mar
Y el vacío se hincha por una mirada posible

Volveré sobre las aguas del cielo

Me gusta viajar como el barco del ojo
Que va y viene en cada parpadeo
He tocado ya seis veces el umbral
Del infinito que encierra el viento

Nada en la vida
Salvo un grito de antesala
Nerviosas oceánicas qué desgracia nos persigue
En la urna de las flores impacientes
Se encuentran las emociones en ritmo definido

De Tout- à- coup, 1925

No hay comentarios:

Publicar un comentario