martes, 4 de agosto de 2009

SEIS PERSONAJES EN BUSCA DE AUTOR


De pronto, esa figura imaginaria, ese ente incorpóreo pero dotado del poder de la palabra, abandona la casa paterna y se echa a rodar por el mundo, cual hijo pródigo. Entonces, Ulises deja de pertenecer al aedo griego, para recrear sus aventuras a través de los siglos y las culturas, al punto de tomar identidad propia, una existencia casi real.

¿Pero cuánto hay del autor en la génesis de estos personajes díscolos e independientes? ¿Por qué se imponen entre sus pares y logran trascender? Para responder el primer interrogante proponemos la siguiente hipótesis: una de las características comunes es la autenticidad que transmiten, producto de la amalgama entre creador y creación. Esto no implica que el muñeco sea copia fiel del titiritero que la maneja, sino que el autor ha logrado crear un vínculo entre su personaje y el lector. Es un médium.

La segunda pregunta es más compleja. Podríamos establecer una clasificación, totalmente arbitraria, para describir estos personajes y así averiguar porque son tan respetados y memorables. De esta manera, tenemos un grupo que ha conseguido plasmar ciertas ideas de la época en que fueron escritos o, mejor aún, representan la condición humana en sus múltiples aspectos. Son los arquetipos.

Aquí ubicamos a Nora Helmer, la mujer que rompe con el modelo tradicional de esposa y madre (Casa de Muñecas, Henryk Ibsen), el conde Drácula, héroe romántico que sufre por el amor y la traición (Bram Stoker), Peter Pan, el niño que no quiere crecer (James Barry), Marguerite Gautier, la prostituta arrepentida (La dama de las camelias, Alexander Dumas), Quasimodo, el ser deforme y tierno (El jorobado de Notre Dame, Víctor Hugo), Robinson Crusoe, el hombre enfrentado a la soledad y la naturaleza (Daniel Defoe), Alicia, la niña que escapa de una realidad que no comprende (Lewis Carroll), Don Quijote, el caballero sin empresa (Miguel de Cervantes), Don Juan Tenorio, seductor insatisfecho (José Zorrilla), Anna Karenina, la adúltera culposa (León Tolstoi), Dorian Gray, el dandy que se negaba a envejecer (Oscar Wilde), Gregor Samsa, el último grado de la alienación (La metamorfosis, Franz Kafka), el doctor Moreau, un científico sin bioética (Julio Verne)

En un segundo grupo colocaríamos las personificaciones, es decir, los personajes que deliberadamente simbolizan una cualidad o un defecto. Son sinónimo de aquello que representan. William Shakespeare es quien más ha aportado en este sentido, imaginando a Hamlet, como encarnación de la duda, a los Macbeth, como la ambición, a Othello, como los celos infundados. Se nos ocurre incluir al Capitán Ahab (Moby Dick de Herman Melville) simbolizando la venganza, Harpagón (El avaro de Moliere), la codicia, y Rodion Raskolnikov (Crimen y castigo de Fiodor Dostoievski), la culpa.

El tercer ítem lo ocupan las leyendas y recreaciones históricas. Estos personajes tienen un tinte épico (Ivanhoe de Walter Scott) y muchos provienen de narraciones orales, por lo cual se desconoce al autor (El cantar del Mío Cid, La canción de Roldán, Beowulf, Robin Hood) Otros surgen de biografías noveladas, como el Adriano de Marguerite Yourcenar o el emperador Claudio de Robert Graves.

Dejamos para el postre aquellos personajes que viven una aventura tras otra hasta conformar una saga: Gulliver (Jonathan Swift), Sandokán (Emilio Salgari), Philip Marlowe (Raymond Chandler), Hercule Poirot (Agatha Christie), Padre Brown (Gilbert K. Chesterton), James Bond (Ian Fleming), Tarzán (Edgar Rice Burroughs)

En muchos de los casos citados, el autor ha dado un paso al costado y así, aunque el personaje forme parte del inconciente colectivo, cuesta recordar el nombre de su creador. Tan incorporados están a la cultura que sus nombres son íconos y basta mencionarlos en una conversación para que se comprenda inequívocamente a qué hacen referencia.

De la misma manera antojadiza que hicimos esta taxonomía, seleccionamos a seis de ellos, aprovechando el título de la obra de Luigi Pirandello, para que se presenten en el escenario virtual de Tlön.

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