martes, 9 de febrero de 2010

Inter pares


Enormes dones llueven de las influencias celestiales en los cuerpos humanos muchas veces naturalmente; y sobrenaturales a veces, de forma extraordinaria, mezclándose en un cuerpo únicamente la belleza, la gracia y la virtud, de tal manera, que por todas partes se ve a este, muy divino, que al dejar detrás a todos los demás hombres, manifiestamente se conoce (que es) obra de Dios, y no adquirida por arte humano. Esto lo vieron los hombres en Leonardo que además, de la belleza del cuerpo, no alabado nunca bastante, tenia una gracia mas que infinita en cualquiera de sus acciones; y mucha virtud, que por todas partes el espíritu volvió en las cosas difíciles, que con facilidad los revolvía. Tuvo una gran fuerza, habilidad, espíritu y valor, siempre leal y magnánimo. Y la fama de su nombre se corrió, que no solamente en su tiempo fue querido, mucho mas a posteriori después de muerto. Y realmente el cielo nos envía algunas veces a quien no representa solo a la humanidad, sino a la misma divinidad para que como modelo en sus acciones, al imitarlo, podamos acercarnos con el espíritu y con la excelencia del intelecto a las partes de las sumas del cielo. Y para experiencia se ve en estos, que en algún estudio accidental intentan seguir los rastros, que estos, de maravilloso espíritu, si ellos lo son, y de la naturaleza son ayudados, cuando ellos mismo no son, al menos se acercan sus divinas obras, que participan de esa divinidad.

¿Quién mejor que un artista podría contarnos la vida de otro artista? Eso habrá pensado Giorgio Vasari cuando emprendió, allá por el siglo XVI, la enciclopédica tarea de dejar constancia de los hombres de su tiempo. EEnormes dones llueven de las influencias celestiales en los cuerpos humanos muchas veces naturalmente; y sobrenaturales a veces, de forma extraordinaria, mezclándose en un cuerpo únicamente la belleza, la gracia y la virtud, de tal manera, que por todas partes se ve a este, muy divino, que al dejar detrás a todos los demás hombres, manifiestamente se conoce (que es) obra de Dios, y no adquirida por arte humano. Esto lo vieron los hombres en Leonardo que además, de la belleza del cuerpo, no alabado nunca bastante, tenia una gracia mas que infinita en cualquiera de sus acciones; y mucha virtud, que por todas partes el espíritu volvió en las cosas difíciles, que con facilidad los revolvía. Tubo una gran fuerza, habilidad, espíritu y valor, siempre leal y magnánimo. Y la fama de su nombre se corrió, que no solamente en su tiempo fue querido, mucho mas a posteriori después de muerto. Y realmente el cielo nos envía algunas veces a quien no representa solo a la humanidad, sino a la misma divinidad para que como modelo en sus acciones, al imitarlo, podamos acercarnos con el espíritu y con la excelencia del intelecto a las partes de las sumas del cielo. Y para experiencia se ve en estos, que en algún estudio accidental intentan seguir los rastros, que estos, de maravilloso espíritu, si ellos lo son, y de la naturaleza son ayudados, cuando ellos mismo no son, al menos se acercan sus divinas obras, que participan de esa divinidad.

¿Quién mejor que un artista para contar la vida de otro artista? Eso debe haber pensado Giorgio Vasari, allá por el siglo XVI, cuando emprendió la enciclopédica tarea de dejar asentada para la posteridad las biografías de los artistas de su tiempo. Como era costumbre de la época, tuvo una formación tutorial en el taller del pintor Guglielmo da Marsiglia, para luego pasar al círculo de Andrea del Sarto. En Florencia conoció a Michelángelo Buonarroti, a quien admiró profundamente, y luego se empleó regularmente con los Medici.

Fue un pintor reputado del manierismo italiano, lo cual le permitió acumular fortuna y reconocimiento. Como arquitecto, diseñó el famoso Palacio de los Uffizi en Florencia. Teniendo ya laureles propios y bien ganados devino en el primer historiador del arte italiano. Acuñó el término Renacimiento, conciente del contínuo florecer del arte y recopiló anécdotas, algunas exageradas, otras más creíbles, que mechó en sus biografías perfectamente documentadas.

Sin embargo, los críticos de arte actuales le achacan falta de rigor histórico en cuanto a las fechas, subestimando así el valor de Vasari como fuente. Te quisiera ver en el 1500 constatando datos, sin teléfono ni Internet...

Con los artistas descriptos por Vasari podemos hacer una selección de lujo: entre otros biografió a Cimabué, Giotto, Duccio, Paolo Ucello, Masaccio, Filippo Brunelleschi, Donatello, Piero della Francesca, Fra Angelico, Giovanni Bellini, Sandro Botticelli, Andrea del Verrocchio, Andrea Mantegna, il Perugino, Giorgione, Donato Bramante, Correggio, Rafael, Miguel Angel y Leonardo.

Il Divino Michelangelo fue el primer artista que tuvo dos biografías publicadas en vida. Una la de Vasari, otra la de su discípulo Ascanio Condivi. Irving Stone escribió "La agonía y el éxtasis", novela que fue llevada al cine, con el protagónico de Charlton Heston.

En tanto, Leonardo di Ser Piero da Vinci, el paradigma del Renacimiento y el hombre que más talentos reunió en la historia, ha sido objeto de estudio en todas la facetas en las que se destacó y sus códices y cuadernos han sido publicados, por lo que podemos abrevar a él de primera mano, sin necesidad de intermediarios.

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